Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el saneamiento deficiente es la principal causa de enfermedad en el mundo.
En los Estados Unidos, solo alrededor del 60% de las aguas residuales producidas se procesan correctamente antes de ser descargada al medio ambiente.
En India, alrededor del 70% de la población no tiene acceso a un baño seguro y decente.
En 1854, Dr. John Snow logró detener el brote de cólera en Londres al descubrir que la plaga se extendió a través del agua potable contaminada.
El primer baño fue creado por Sir John Harrington en 1596 y llamado Ajax.
En la mayoría de los países del mundo, las mujeres y las niñas a menudo son responsables de recolectar agua limpia y manejar el saneamiento en su hogar.
A nivel mundial, alrededor de 2.400 millones de personas (o aproximadamente un tercio de la población mundial) todavía no tienen acceso a baños decentes.
En 2017, China ganó el Premio a la Revolución del Inicio debido a sus esfuerzos para aumentar el saneamiento y la disponibilidad de baños en todo el país.
En Japón, algunos baños están equipados con características avanzadas como calentadores, secadores e incluso reproductores de música para mejorar la experiencia del usuario.
El saneamiento deficiente puede afectar la economía de un país porque reduce la productividad y aumenta los costos de atención médica.