La radiactividad es un proceso espontáneo en el que el núcleo emite partículas y energía.
La radiactividad fue descubierta por primera vez por el científico francés Henri Becquerel en 1896.
Uno de los elementos radiactivos más famosos es el uranio, que se usa como combustible para las centrales nucleares.
Hay tres tipos de radiación producidos por la radiactividad: partículas alfa, partículas beta y rayos gamma.
La radiactividad se puede usar en campos médicos para tratar el cáncer y hacer imágenes corporales utilizando técnicas de PET y tomografía computarizada.
Hay algunos ingredientes naturales que contienen radiactividad, como granito, arenisca e incluso agua potable.
La radiactividad también se puede utilizar en el campo de la geología para determinar la edad de la roca y los fósiles.
Uno de los efectos negativos de la radiactividad es la radiación de ionización, que puede tener un impacto en la salud humana y el medio ambiente.
El nivel de radiación recibido por los individuos se puede medir utilizando un contador de Geiger.
La radiactividad también se puede utilizar para determinar la vida arqueológica de objetos como artefactos y fósiles.