El funeral ha sido llevado a cabo por muchas culturas y religiones durante miles de años.
En algunos países, como México y España, se llevan a cabo funerales para celebrar la vida de alguien que ha muerto.
En algunas culturas, como en Ghana y China, las personas llevan pertenencias personales y alimentos al entierro para brindar apoyo al alma que ha muerto.
En el siglo XIX, el entierro se hizo popular en los Estados Unidos y en muchas personas ricas que construyeron magníficas tumbas como un signo de estatus social.
En algunos países, como Indonesia e India, las personas enterraron los cuerpos en la tierra que fue excavado a mano como una forma de respeto.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la actividad de embalsamamiento (preservación del cuerpo) se hizo popular en los Estados Unidos para permitir que los cuerpos se muestren durante un período de tiempo más largo.
Algunas personas eligen mezclar las cenizas con materiales como madera o fibra de vidrio para hacer gemas.
En algunos países, como Japón, la familia pone un sello en la tumba como señal de que alguien ha muerto.
Algunas personas eligen mantener el cuerpo como una forma de respeto, como en el Museo de Patología en Filadelfia, que presenta cuerpos de varios tipos de enfermedades y lesiones.
Algunas personas eligen dejar que sus cuerpos se conviertan en fertilizantes o preparan comida para pescado o aves.